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Venoclisis


La venoclisis es el procedimiento mediante el cual se administran líquidos, nutrientes o medicamentos de manera directa en la sangre de un paciente. Para hacerlo es necesario cateterizar una vena a través de la cual se colocará la infusión a administrar al enfermo.


Materiales 

En general se requieren pocos materiales para una venoclisis. Entre estos se cuentan los siguientes:
– Guantes estériles.
– Torniquete.
– Gasas o algodón.
– Adhesivo médico.
– Antisépticos (usualmente alcohol o solución de iodo-povidona).
– Catéteres para uso intravenoso (periféricos o centrales).
– Equipo de infusión (macro gotero o micro gotero).
– Jeringa (opcional).
– Soluciones para infusión parenteral.
– Frascos para preparación de soluciones (opcional).
– Bomba de infusión (opcional).
– Obturadores, llaves de tres vías, conectores o extensores de vía (opcional).
Cada uno de estos materiales será empleado para colocar una venoclisis. En los casos donde se indica que es opcional, se debe a que se puede prescindir de ellos sin comprometer la ejecución del procedimiento, o a que solo se necesitan en ciertos casos especiales.



Procedimiento 

El procedimiento para administrar una venoclisis es relativamente sencillo, siendo el paso más delicado la cateterización de la vena, especialmente en los casos de vías venosas centrales.
A continuación se describe paso a paso el procedimiento estándar para la venoclisis periférica.

Preparación

Antes de comenzar a trabajar con el paciente se prepara la solución a infundir, ya sea en un frasco de solución o un frasco para mezclas. Después, se instala el equipo de infusión (macro o microgotero) y se purga para garantizar que no haya aire en el sistema.
Una vez preparado el equipo, se coloca un torniquete en el brazo o antebrazo donde se planea colocar la venoclisis. Mediante inspección y palpación, se elige el sitio idóneo para la cateterización de la vena. Idealmente estará lejos de pliegues, en un vaso recto y que abombe con el torniquete.
Una vez seleccionada la vena, el operador se debe colocar guantes estériles y procederá con la cateterización.

Cateterización
El siguiente paso es preparar el área donde se procederá a la cateterización de la vena, limpiándola con abundante solución antiséptica embebida en gasa o algodón. Después, con un catéter de tamaño adecuado (bien sea de teflón o tipo mariposa), se procede a cateterizar la vena. 

Una vez confirmado que se ha cateterizado exitosamente, se procede a colocar un obturador, llave de tres vías o extensor en el extremo libre del catéter. Si no hay disponibles, se puede conectar la vía directamente al equipo de infusión. Por último, se asegura la vía periférica con adhesivo médico (esparadrapo).

Administración de la solución 

Una vez asegurado el catéter, la solución se puede administrar por gravedad o con la ayuda de una bomba de infusión. En algunos casos se puede preparar el medicamento a infundir directamente en una jeringa de 10 o 20 cc y conectar la misma al catéter para infundir la solución.
En los casos de accesos venosos centrales, los pasos son muy similares, con la salvedad de que no se usan torniquetes y se debe cateterizar la vía de acuerdo a los procedimientos diseñados para accesos venosos centrales.
Una vez hecho esto, el procedimiento para administrar fluidos por vía periférica o central es prácticamente idéntico.

Precauciones 

Si bien es un procedimiento rutinario que se realiza cientos de veces por día en el entorno hospitalario, la venoclisis no está libre de complicaciones. Por lo tanto, se deben tomar ciertas precauciones a fin de limitar al máximo la posibilidad de fallos o complicaciones.
En este sentido es muy importante que el operador esté bien entrenado, conozca la anatomía y el procedimiento para la venoclisis. Así mismo, se debe contar con todo el material necesario, que debe estar disponible y preparado al momento de iniciar el procedimiento, de manera que no se presenten inconvenientes por falta de material.
La precaución más importante es ceñirse estrictamente a las reglas de asepsia y antisepsia, dado que se está accediendo directo al torrente sanguíneo. Así pues, cualquier bacteria que contamine el catéter o la solución a infundir irá directamente a la sangre, con consecuencias potencialmente mortales.
Por otra parte, se debe tener especial cuidado de no perforar la vena en su cara posterior, especialmente en casos de accesos venosos difíciles. De suceder esto, se debe estar preparado para limitar la formación de hematomas.
En los casos de accesos venosos, se debe tener especial precaución durante la punción a fin de evitar neumotórax (accesos subclavios) y hematomas (todos los accesos centrales). Por su parte, las soluciones a infundir deben ser manejadas con extremo cuidado para evitar su contaminación. Cualquier remanente se debe descartar.
Por último, los accesos venosos se deben inspeccionar diariamente y retirar el catéter ante el primer signo de complicación (dolor, enrojecimiento, pus).


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